El pasado domingo, el Festival Escénico Contemporáneo (FeSt), se enfrentó a la mirada de la calle con tres espectáculos que atrajo a cientos de personas a la Alameda de Hércules, emplazamiento idílico para disfrutar del teatro.
En total, se representaron tres obras distribuidas a la perfección en tres espacios distintos de la plaza. La primera en deleitarnos con su arte fue la danza aérea de la argentina Laura Bolón. Colgada de una tela, la actriz representó los diferentes estados de una mujer: embarazada, casada, deprimida, buena esposa, feliz, rebelde, etc. Su expresividad y sus piruetas circenses arrancaron el aplauso del respetable, entre ellos, muchos niños.Las apelaciones al circo continuaron con 'Gris', de la compañía andaluza Los Córcoles. Un reflejo de la soledad y la búsqueda del equilibrio mediante un ejercicio de funambulismo espectacular, si bien más allá de las acrobacias se hacía difícil captar todos los mensajes que la actriz Mariona Moya pretendía transmitir.
Menos contenido, aunque mayor espectacularidad, trajo la compañía aragonesa Circle of Trust con su 'Zero Gravity'. Una obra de street dance al más puro estilo americano. Con infinidad de piruetas, saltos, giros, y un sinfín de movimientos aderezados con músicas conocidas. La originalidad de esta pieza no fue tan alta como las anteriores aunque quizás fue la que mayor número de público logró atraer.
Buena jornada callejera que no se repetirá más en todo el festival pero que invita a desembolsar los 10 y 8 euros (para jubilados y estudiantes) que cuesta una entrada para cualquier espectáculo en una sala teatral. O bien, esperar hasta las 23:30 horas para acudir a Sala el Cachorro, donde la entrada es gratuita.
Resumen de la jornada:
'Gris' me pareció espléndida. Logra transmitir, aún valiéndose tan sólo del lenguaje corporal y de la música, mucho más que otras obras donde prima el diálogo. Buena iniciativa, a ver si consiguen acercar el teatro a los ciudadanos.
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